La cantante María Callas fue sin duda una de las
personalidades artísticas más fascinantes del pasado siglo ,considerada como
una de las cantantes de ópera más importantes del s XX. Fue capaz de revivir la tradición del bel canto
en su corta pero importante carrera,siendo apodada «La Divina» por su extraordinario talento vocal y actoral.
En su época generó controversia
su peculiar voz, de registro amplio y que unida a su dominio de la técnica, le
permitió cantar roles desde soprano ligera a los dramáticos pasando incluso por los de
mezzo.
Aunque de ascendencia griega,
Ana María Cecilia Sofía Kalogeropoúlou nació en Nueva York en 1923. Su
padre, farmacéutico de profesión, abrió un negocio
familiar en un barrio griego de Manhattan y, por la complejidad del apellido, lo cambió por Callas. Tras
la separación de sus padres, Maria viajó a Grecia en 1937 con su madre y
hermana, volviendo a adoptar su apellido original, Kalogeropoulou.
Su infancia se verá afectada por la mala relación
con su madre,quién continuamente se encargaba de recordarle sus complejos
físicos…María era gordita y poco agraciada de cara,aparte de bastante miope.Esos
traumas de la infancia y la carencia de amor familiar marcarán su personalidad,su
vida sentimental giró en torno a toda una serie de relaciones y desengaños
amorosos,tal vez buscando más una figura paterna que una verdadera relación
amorosa.
Es en Grecia donde comienza sus estudios musicales,
comenzó
su formación en el Conservatorio Nacional de Atenas, y para
inscribirse tuvo que falsear la edad, ya que no tenía los 16 años mínimos.
Estudió con la soprano Maria Trivella, y después bel canto
con Elvira de Hidalgo, que la formó en la tradición
del belcanto romántico italiano.Logró sus primeros éxitos como soprano con apenas 20 años.
En 1944, durante los últimos
meses de la Segunda Guerra Mundial, las fuerzas
ocupantes pierden el control de Grecia y la flota británica llega al puerto de El Pireo.
Maria Kalogeropoulos decide volver a los Estados
Unidos para encontrarse con su padre. Sus éxitos no fueron
muchos hasta que la quiso escuchar Edward Johnson, el director general del Metropolitan Opera House, quien le
ofreció inmediatamente los principales papeles en dos producciones en las
temporadas de 1946–1947: “Fidelio”,
de Ludwig van Beethoven, y “Madam Butterfly”, de Giacomo
Puccini. Para sorpresa de Johnson, Maria rechazó los papeles: no
quería cantar “Fidelio” en
inglés, y consideraba que el rol de Butterfly no era el mejor para su debut en
América.
Con 24 años empieza su gran carrera
internacional,comenzando la época dorada tanto de su carrera profesional como
personal.En 1949 se casa con un empresario casi 30 años mayor que
ella,Meneghini;realmente buscaba más la figura referente de un padre que la de
un marido.
Imagenes de María Callas y su primer marido,Meneghini. |
Su carrera de éxitos a lo largo de todo el mundo iba
en aumento,cuando en 1954 decide tomar una decisión que truncará en parte su
carrera:se somete a un régimen de adelgazamiento gracias al cual pierde casi 40
kilos en pocos meses. Mujer alta y muy
corpulenta, en esa época decidió bajar de peso para «hacer justicia a Medea»,
papel que interpretaría en La Scala dirigida por Leonard
Bernstein .Cuando reapareció como la tísica Violetta, junto a su gran
amigo y frecuente compañero de escena el
tenor siciliano Giuseppe Di Stefano, en la puesta en escena de Luchino
Visconti de La traviata,
en un primer momento ni el director orquestal Carlo Maria Giulini la reconoció…
Existe una leyenda
urbana que gira en torno a ese prodigioso adelgazamiento.Según ella misma
declaraba, la dieta que siguió no fue otra que ingerir voluntariamente una
tenia solitaria en una copa de champán. Fue la tenia pues la responsable de
evitar la asimilación de sus nutrientes y la responsable de su asombrosa
pérdida de peso.Sin embargo,no pasó de ser una mera leyenda que a ella gustaba
explicar para dar la causa de su pérdida de peso.
Su voz pronto se vio resentida por ese brusco cambio
físico.Además comenzó a disfrutar de una amplia vida social y sobre todo
nocturna,desatendiendo sus deberes como cantante.Comenzaba de esa forma el
principio de su declive.
Con Marylin Monroe. |
Con Liz Taylor. |
Con apenas 36 años decide abandonar a su marido por
Aristóteles Onassis,armador griego y al que ella consideraba el amor de su vida.Abandona
los escenarios por una temporada….su declive vocal en ésta época es casi
completo.Su relación con Onassis marcó su destino,él realmente nunca cumplió su
promesa de casarse con ella.
María y Onassis. |
El 20 de octubre
de 1968
Onassis abandonó a Callas para casarse con Jacqueline Kennedy, la viuda del presidente
norteamericano John Fitzgerald Kennedy, asesinado en Dallas. Callas,
herida en lo más profundo de su orgullo, nunca pudo superar el mal trance por
el abandono de Onassis y jamás se lo perdonó a pesar de que Onassis, más tarde
la buscaría repetidas veces cuando su matrimonio con la viuda estadounidense se
había convertido en un martirio.La boda de multimillonario griego con Jackie y sobre todo su
fallecimiento en 1975 sumieron a la Callas en una profunda depresión de la que
nunca llegó realmente a salir.Sumida en
una gran desesperación,intentó superarla a base de antidepresivos y
somníferos.Recluída en su apartamento de París en la más absoluta soledad y
silencio,se dejó morir de tristeza con
tan sólo 53 años.
Con una compleja voz de soprano
que abarcó tres octavas, afrontó un inmenso repertorio, desde el bel canto
hasta el verismo e incluso Wagner, siendo su tipología vocal muy peculiar y
difícil de clasificar tanto por su facilidad para cantar notas sobreagudas como
por también interpretar roles de mezzosoprano.Además
destacó por su muy particular timbre de voz (que no era bello según los cánones
establecidos) con un squillo y
sonido metálico muy penetrante. Tenía una sorprendente capacidad de matizar,
articulando entre sobreagudos brillantes y graves reforzados en voz de pecho,
lo que ha llevado a algunos críticos a considerarla como Soprano
sfogato, una voz capaz de alternar entre registros de soprano
aguda como de contralto con gran agilidad.
El mayor don de Callas se hallaba en su innata
musicalidad que le permitía internarse instintivamente en el universo personal
de cada compositor sin importar los defectos vocales en los que a veces
incurría. Callas supo hacer de sus defectos sus mayores virtudes. Magnética en
escena, no fue sólo una gran soprano con dotes vocales inusuales, sino también
una gran actriz que supo encarnar sus personajes de un modo único.
Posiblemente, tanto su talento dramático como su musicalidad fueron la pauta
para ser reconocida también por rescatar a diversos personajes de los excesos
ornamentales y tergiversaciones vocales, como Amina (de La Sonnambula
), Lucia di Lammermoor, Norma de Bellini, incluso
personajes como Violetta (de La Traviata) entre otros, al restituir tanto su
esencia de teatralidad escénica como su expresividad poética en un canto más
lírico del libreto, como sus hoy referenciales versiones de Norma, La Traviata,
Tosca, La Sonnambula, Lucia di Lammermoor, Medea, entre otras.
Caracterizada como la princesa Turandot. |
Desafortunadamente parte su fama no obedeció sólo a
razones artísticas. Su vida privada y su relación con Aristóteles Onassis hicieron que ocupara
portadas de la prensa rosa cuando su carrera estaba
prácticamente terminada. En realidad, después de iniciar su relación con
Onassis entró en declive. Los grandes éxitos de su carrera, los que le
garantizan uno de los lugares más importantes en la historia de la ópera,
tuvieron lugar antes de su relación con Onassis.
Este dolor emocional, sumado a la súbita pérdida de
peso, aceleró el deterioro de su voz y le acarreó múltiples críticas, además de
acortar su longevidad vocal. El fenómeno
Callas duró apenas algo más de una década, pero su irrupción en el mundo
de la lírica
dejó una marca imborrable y visionaria. Callas propulsó la revaluación del
género belcantista e impulsó la interpretación del verismo desde la técnica del
belcanto provocando una importante revisión desde el punto musical e
interpretativo. La generación que le siguió cimentó estos valores en los
nombres de sopranos como Joan Sutherland, Montserrat Caballé, Leyla Gencer,
Renata Scotto,
Beverly Sills,
Mirella Freni
y las mezzosopranos Marilyn Horne y Teresa
Berganza .
http://www.elmundo.es/larevista/num100/textos/maria1.html
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