Niccolò Paganini Bocciardo ,nacido en Génova
en 1782 y fallecido en Niza en 1840,fue un violinista, violista, guitarrista y compositor italiano,
considerado entre los más virtuosos músicos de su tiempo.Reconocido como uno de
los mejores violinistas que hayan existido, con oído absoluto y entonación perfecta, técnicas de
arco expresivas y nuevos usos de técnicas de staccato y pizzicato.
Ya desde pequeño demostró ser un niño prodigio,con
cuatro años conocía perfectamente las primeras enseñanzas musicales,por lo que
su padre le compró un violín de segunda mano para que empezase a practicar.Empezó
a estudiar la mandolina con su padre a los cinco años.Hizo su primera aparición
pública a los nueve años y realizó una gira por varias ciudades de Lombardía a los trece. No obstante, hasta 1813 no se le consideró un virtuoso del
violín.
Una de las numerosas leyendas que giran en torno a su persona,cuenta
que cuando tenía la tierna edad de cinco años,su madre tuvo un sueño en el cual
se le apareció el mismísimo diablo y le anunció que su hijo sería un gran
violinista.Será a partir de ahora cuando su ambicioso padre dedique sus fuerza
a convertir al pequeño Niccolò en un gran violinista,obligándole incluso a
estudiar durante 10 horas diarias.
Con 16 años era ya un músico famoso,pero tan temprana
edad provocó el no saber asimilar el éxito,buscó consuelo en la bebida y cayó
en el alcoholismo. Una dama,desconocida ya que no trascendió su nombre,se hizo
cargo de él y se lo llevó a vivir a su villa. Consiguió apartarlo de la vida
desordenada y devolverlo al buen camino;durante ésta época aprendió a tocar la
guitarra y el piano.
En 1813 comenzó a hacer giras por Italia,llamando la atención de los que le
escuchaban debido a su forma de interpretar.Años más tarde realizó giras por
Viena,París y Londres. Fue en París
donde conoció al pianista y compositor húngaro Franz Liszt, quien fascinado por su técnica,decide
convertirse en un virtuoso del piano a semejanza de lo que él lograba
con el violín. En 1833 en la ciudad de París le encargó a Héctor
Berlioz un
concierto para viola y orquesta; el compositor francés realizó “Harold en Italia”, pero Paganini
nunca la interpretó. Renunció a las giras en 1834.
Su técnica asombraba tanto al público de la época que
llegaron a pensar que existía algún influjo diabólico sobre él, porque a su vez
su apariencia se notaba algo extraña .Era flaco, alto, erguido, con las manos que
parecían llegarle hasta las rodillas; de trajes oscuros con largas levitas, en
jirones muchas veces, su larga melena revoloteaba al mismo tiempo que su arco
describía parábolas en el aire.
Sus adelantos musicales eran una verdadera obra de
arte.
Fue tan virtuoso en el manejo de este instrumento, que pronto empezó a correr
una leyenda a su alrededor, la cual decía que había matado a un rival y fue
condenado por ello a presidio, y que él había pactado con el diablo entregándole
su alma a cambio de la libertad y de adquirir esa maravillosa técnica con el
violín.Las gentes creían esa leyenda, y había quien aseguraba haber visto al
diablo junto al violinista ayudándole en los momentos difíciles. Se decía que en la mayoría de sus
apuntes aparecía una nota extraña la cual decía "nota 13". Podía
interpretar obras de gran dificultad únicamente con una de las cuatro cuerdas
del violín (retirando primero las otras tres, de manera que éstas no se
rompieran durante su actuación), y continuar tocando a dos o tres voces, de
forma que parecían varios los violines que sonaban. Además en la mayoría de sus
espectáculos usaba la improvisación. Esto indica lo cercano que estaba su arte
al mundo del espectáculo.Existe otra de tantas leyendas acerca de la figura de
Paganini en la que se explica esa capacidad para tocar con una sola cuerda:
Una noche, como tantas otras de sus actuaciones,
el palco del auditorio repleto de admiradores
se preparaba para recibirlo.
Aplaudieron a la orquesta en su entrada en escena.
El director también fue ovacionado.
Mas cuando la figura de Paganini apareció,
triunfante,
el público deliraba.
Lentamente, Paganini colocó el violín en su hombro,
y lo siguiente fue una magia indescriptible.
Notas breves, semifusas, corcheas y semicorcheas,
hasta la famosa y oculta 'nota 13',
parecían flotar y volar por el ambiente
con el toque inverosímil de sus dedos encantados.
el palco del auditorio repleto de admiradores
se preparaba para recibirlo.
Aplaudieron a la orquesta en su entrada en escena.
El director también fue ovacionado.
Mas cuando la figura de Paganini apareció,
triunfante,
el público deliraba.
Lentamente, Paganini colocó el violín en su hombro,
y lo siguiente fue una magia indescriptible.
Notas breves, semifusas, corcheas y semicorcheas,
hasta la famosa y oculta 'nota 13',
parecían flotar y volar por el ambiente
con el toque inverosímil de sus dedos encantados.
De repente,
un extraño sonido estalla entre la melodía.
Todos saben de ese sonido,
una de las cuerdas del violín de Paganini se había roto.
El director se detuvo.
La orquesta también.
El público, contenía el aliento...
Pero Paganini no se paró.
Mirando su partitura, continuaba arrancando increíbles sonidos a un violín con problemas.
un extraño sonido estalla entre la melodía.
Todos saben de ese sonido,
una de las cuerdas del violín de Paganini se había roto.
El director se detuvo.
La orquesta también.
El público, contenía el aliento...
Pero Paganini no se paró.
Mirando su partitura, continuaba arrancando increíbles sonidos a un violín con problemas.
Animados, el director y la orquesta, volvieron a tocar.
Antes de que el público se serenara,
otro perturbador sonido hace mella en la atención de los asistentes.
Otra cuerda del violín de Paganini se rompió.
El director se detuvo nuevamente.
Y así lo hizo la orquesta.
El público calló ...
Pero Paganini no paró.
Como si nada hubiese sucedido,
superando las dificuldades,
siguió sacando sonidos de lo imposible.
Antes de que el público se serenara,
otro perturbador sonido hace mella en la atención de los asistentes.
Otra cuerda del violín de Paganini se rompió.
El director se detuvo nuevamente.
Y así lo hizo la orquesta.
El público calló ...
Pero Paganini no paró.
Como si nada hubiese sucedido,
superando las dificuldades,
siguió sacando sonidos de lo imposible.
El director y la orquesta, impresionados, volvieron a tocar.
Pero el público no podía imaginar
que los sobresaltos de esa noche no terminaban ahí.
Atónitos,
no pudieron reprimir sus exclamaciones de desaliento
cuando se rompió la tercera cuerda del violín de Paganini.
El director se paralizó.
La orquesta paró.
La respiración del público se detuvo.
Pero Paganini continuó.
Como si de un contorsionista musical se tratara, va arrancando todos los sonidos con la única cuerda que quedaba en su viejo violín semidestruido.
Ninguna nota musical fue olvidada.
Ante tal motivación se anima a seguir el director
La motivación se contagia a la orquesta.
La incredulidad se adueña del escenario,
el público viaja desde silencio hacia la euforia,
del asombro y la admiración hasta el delirio.
Paganini alcanza la gloria.
Su nombre corre a través del tiempo.
Ya no es sólo un violinista genial,
es el símbolo de un hombre que continúa adelante frente a lo imposible.
Pero el público no podía imaginar
que los sobresaltos de esa noche no terminaban ahí.
Atónitos,
no pudieron reprimir sus exclamaciones de desaliento
cuando se rompió la tercera cuerda del violín de Paganini.
El director se paralizó.
La orquesta paró.
La respiración del público se detuvo.
Pero Paganini continuó.
Como si de un contorsionista musical se tratara, va arrancando todos los sonidos con la única cuerda que quedaba en su viejo violín semidestruido.
Ninguna nota musical fue olvidada.
Ante tal motivación se anima a seguir el director
La motivación se contagia a la orquesta.
La incredulidad se adueña del escenario,
el público viaja desde silencio hacia la euforia,
del asombro y la admiración hasta el delirio.
Paganini alcanza la gloria.
Su nombre corre a través del tiempo.
Ya no es sólo un violinista genial,
es el símbolo de un hombre que continúa adelante frente a lo imposible.
Su
salud se fue deteriorando por un cáncer de laringe, agravado por el
envenenamiento que el tratamiento con mercurio que realizaba por recomendación de su
médico para tratar la sífilis le provocó. Niccoló
Paganini
falleció en Niza, Francia, el 27 de mayo de 1840; pero el obispo de Niza negó
el permiso para su entierro y su ataúd permaneció varios años en un sótano. La
fama que se había tejido alrededor de su persona y su talento, forjados en un
posible pacto con el demonio, fue determinante en esta decisión eclesiástica,
sobre todo debido a que el propio Paganini rehusó
acercarse a la Iglesia y desmentir aquellos comentarios. Solamente en 1876 fue
permitido el funeral y sus restos se transfirieron al cementerio en Parma.
Volviendo al tema Paganini y sus
facilidades para tocar, hoy podemos imaginar que todo se debía a una especie de
malformación que le daba una elasticidad
extra en las manos.Padecía el denominado “síndrome de Marfan”,que entre otros
efectos causaba una longitud anormal en brazos y piernas,así como una
elasticidad superior en las articulaciones.Además causaba “aracnodactilia”,un
mal por el que los dedos de las manos son anormalmente largos.Paganini podía
doblar su pulgar hasta llegar al dorso de la mano,y su mano abierta parece ser
que alcanzaba los 45 cm.
Llegó a poseer cinco violines Stradivarius, dos Amati y un Guarnerius ,éste último su instrumento favorito,al que llamaba “Il Cannone”.
Sus obras incluyen Veinticuatro Caprichos para violín solo, Seis Conciertos y varias sonatas.
Además creó numerosas obras en las que involucraba de alguna manera a la
guitarra, exactamente 200 piezas.
Los 24 caprichos los escribió
entre 1802 y 1817. Son 24 piezas para violín solo, que presentan una dificultad
extrema. La gran mayoría de los caprichos no han sido muy conocidos y poco se
sabe de ellos si no eres violinista o tocas otro instrumento que los estudie
(hay versiones para flauta, para saxo, para guitarra...), pero el 24 fue un auténtico éxito en el romanticismo.
Todo el mundo se puso a hacer variaciones sobre ese capricho: Rachmaninov,
Liszt, Brahms… Está escrito en tonalidad de La menor,y estructurado en forma de :tema-11 variaciones -finale.
Por otro lado escuchamos en clase la célebre "Campanella",siendo el tiempo rondó del concierto para violín n.2 en si m.Su nombre le viene del acompañamiento que se le hacía con una campanilla.Liszt basó en él el tercer estudio titulado "La Campanella",dentro de los "Grandes estudios de Paganini".
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